Jesús Fernández, nacido en Candenosa, nunca ha olvidado
sus orígenes y siempre que sus obligaciones se lo permiten aprovecha para regresar y disfrutar
del entorno, y como no, a realizar trabajos como el que podemos leer aquí.
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Canto a Candenosa
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Mi pueblo es el más pequeño
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donde la vida es placer
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recuerdos de Candenosa
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nostalgia de mi niñez.
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Momento inolvidable
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que yo presente tendré
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los gallos en el corral
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cantando al amanecer
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Cinco vecinos había
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incluida mi casa también
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el tío Gregorio y Liberio
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Antonio y mi tío Manuel.
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En Candenosa, señores,
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No es porque lo diga yo
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la gente era campechana
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y cada cual el mejor.
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De Barcelona a Coruña
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de Sevilla a Santander
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no hay terreno en toda España
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con más belleza que ver.
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Nostalgia de las tertulias,
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comenzaban de nueve a diez
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en casa de la tía Emiliana,
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maravillosa mujer.
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Se hablaba y se comentaba
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un chiste y otro también
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y se entonaban canciones
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que acompañaba el rabel.
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Jesús Fernández, Febrero 2010.
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A Candenosa
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Tú, que me viste nacer,
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dijiste un día llorando:
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Aquí todos emigráis,
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¡qué solita me estáis dejando!.
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Hoy contigo volvemos
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y te decimos llorando,
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todo lo que más queremos
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atrás se nos va quedando.
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Pueblecito acogedor,
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hecho de piedras y barro,
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de retorcidas vigas
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y apimentonadas tejas,
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para que tú no te pierdas
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hoy venimos a traerte
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nuestro granito de arena.
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Con crudeza saqueado,
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hasta dejarte desnudo,
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tiempo pasaste olvidado
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siendo un pueblo cojonudo.
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Presumías, y era justo,
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de cosechas y buen fruto,
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de paisaje y de colores.
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Ni la Rocío Jurado
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ni la misma Lola Flores
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tuvieron tiempos mejores.
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Jesús Fernández, Febrero 2010.
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A Peñamora
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Casi besas el cielo.
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Alegría verde en verano
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manto blanco en el invierno.
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Escuchas el canto del pastor
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entre el gemido del viento.
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Eres centinela del lugar
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y vigía de mi pueblo.
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Te instalan generadores,
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aquí llamados molinos,
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y no ponen uno sólo
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que así lo requiere Eolo.
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Jesús Fernández, Febrero 2010.
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Canto a Moroso
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Sin olvidar a Moroso
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en las tertulias de antaño
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cantábanse allí canciones
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más que días tiene el año.
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Los jóvenes de Moroso
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eran buenos cantadores
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envidiable era su voz
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por todos sus alrededores.
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Algo yo canté con ellos
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y con aquella voz bravía
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eco hacían nuestros sones
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en el monte Costumbría.
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De la Laguna al Calero,
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atravesando el Hayal,
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en Moroso se abrían ventanas
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para escucharnos cantar.
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Del buen humor que reinaba
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hacíamos fácil derroche
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cantando por los caminos
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de la mañana a la noche.
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Jesús Fernández, Febrero 2010.
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Al camino de Serranaya
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Camino de Serranaya
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pensaste en ser carretera
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pero la gente se fue
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y quedaste como eras.
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Son sorpresas del destino
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de natural asombroso
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y así se quedó en camino
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en el desaparecido Moroso.
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Jesús Fernández, Febrero 2010.
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- A Moroso
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Por Moroso voy paseando,
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al fondo Valderredible.
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Mi niñez recordando,
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todo parece imposible.
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Sumergido en la pobreza
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sólo queda tu quietud
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quietud de historia robada
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por el valor de tu piedra.
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Sólo la fuente aquí suena
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iglesia, casas y escuela,
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quien os conoció recuerda
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y con los recuerdos sueña.
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Fuiste alegre y bullicioso.
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Con pereza abandonamos
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labradas tierras y prados,
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hoy, joven bosque y matojo.
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La soledad y olvido,
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trocó bullicio en sosiego
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que a malvados alertó,
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para enterrar lo vivido.
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No resististe, Moroso,
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abandonos y desprecios,
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ni el inmerecido acoso
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de avaros con solideo.
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A ti acude, hoy, el poeta,
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a ti su canto hoy dedica,
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y para volverte a la vida,
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a tus enemigos reta.
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Jesús Fernández, Febrero 2010 - Julio 2014.